Causas de la crisis de fertilizantes y alimentaria en Perú

La crisis de fertilizantes y alimentaria no fue ocasionada por la guerra Rusia-Ucrania. Lo cierto es que la urea, otros fertilizantes y productos alimentarios iniciaron la subida de sus precios más de un año antes que iniciará la guerra y tocaron sus máximos meses antes de la misma. La presente nota sintetiza algunas conclusiones y recomendaciones del informe “Estrategias para enfrentar la crisis de fertilizantes y alimentaria”, preparado por el equipo de asociatividad.org El informe analizó los factores que determinan el comportamiento del precio de los fertilizantes (urea, potasa y fosfatos) y de las principales fuentes de alimentos importados (soya, maíz amarillo duro y trigo), con la finalidad de priorizar las mejores estrategias a seguir.

La guerra no causó la crisis. El análisis identificó que el incremento de los precios de urea inició a finales del 2020 y obedece a causas financieras, no a la guerra ruso-ucraniana. Así, el precio de la urea comenzó a subir desde fines del 2020, para julio del 2021 ya se había duplicado y alcanzó sus máximos (sobre los 900 dólares por tonelada) entre octubre y noviembre del 2021, varios meses antes que inicie la guerra en Ucrania. A nivel estadístico la correlación (dependencia entre el precio de urea y la inflación) es media-alta (53%); sin embargo, esta es mayor al 80% para todo el periodo antes del inicio de la guerra, demostrando la causalidad entre inflación y el incremento de precios. Similar relación se evidencia en la evolución temporal de precios.

No hay ni hubo escasez de fertilizantes. Una opinión equivocada muy difundida atribuye los precios altos de urea a una supuesta “escasez” ocasionada por la guerra. Como se verificó, no hubo escasez de fertilizantes. Nuevamente la urea como indicador lo demuestra, si se observa las importaciones peruanas de urea durante el 2022, se verifica que no hubo escasez, incluso algunos meses del 2022 se importó más urea que en años anteriores (2020 y 2021). No fue problema de disponibilidad de oferta, sino de precios altos.

La misma situación fue verificada a nivel de diferentes productos de seguridad alimentaria. Los precios de commodities como el maíz amarillo o la soya demostraron correlaciones superiores al 84% con la inflación de las principales economías occidentales (USA y Europa). No se trata de un problema de escasez, sino de un problema financiero.

El impacto de la inflación sobre los fertilizantes (urea) es más evidente al analizar la correlación entre la inflación y el precio del gas natural, insumo determinante para la fabricación de la urea, la cual llega al 86%.

La naturaleza del problema. Este no es, nunca fue, un problema de escasez de urea, ni de materias primas, pues no hay problemas en el abastecimiento de estos productos, sino que se trata de un problema financiero originado por la inflación provocada por la impresión de dinero realizado por los Bancos Centrales, por ejemplo, el BCE en Europa y por la Reserva Federal en USA. Lo cual ha afectado a los precios de materias primas. Aunque han existido factores de coyuntura, como la explosión de la planta de gas de Freeport LNG, o sequías localizadas en algunos países, el impacto de estos no ha tenido el alcance de la inflación, lo que puede verificarse, por ejemplo, en la alta correlación (92%) entre los euros en circulación y la inflación en Europa para los periodos analizados (ver siguiente gráfico).

Los incrementos a las tasas de interés que vienen aplicando la Reserva Federal de USA, así como el BCE, desde el año pasado, vienen generando un efecto positivo, es decir, influyen en la disminución de los precios de commodities, incluidos los fertilizantes, como es de esperar. Sin embargo, el contexto internacional presenta demasiadas variables. A pesar de ello, mientras las subidas de tasas de interés continúen (para regular la inflación), el precio de fertilizantes y demás commodities continuará regresando a la normalidad. Dos riesgos pueden afectar esta recuperación:

  • El agravamiento de la guerra ruso-ucraniana. El incremento de las tensiones entre bloques multi país, la escalada de las agresiones del conflicto, podrían ocasionar efectos en varias dimensiones, incrementando los costos de fletes, restringiendo el comercio internacional, elevando costos y generando restricciones en el abastecimiento.
  • El cambio en la política económica que vienen adoptando los bancos centrales del “primer” mundo. Los pedidos del presidente de los Estados Unidos a su congreso, por un incremento del límite de deuda, implicaría la impresión de dólares y el recrudecimiento de la inflación, que ya resulta poco controlable.

Los escenarios aún son inciertos y debería preverse medidas en el mediano plazo. En este sentido, es prioritaria la inversión estratégica para fortalecer la capacidad productiva y la competitividad del sector agroalimentario. La cual podría incluir incluso, la inyección de un subsidio estratégico a las importaciones de fertilizantes, ante un nuevo incremento de precios. Sin embargo, la entrega de subsidios a través de fondos concursables; o de bonos, tienen un impacto nulo en los precios, un alcance muy limitado y reducido, además del riesgo a la manipulación política; o financiar acciones operativas como la limpieza de canales, son de corto plazo, bajo impacto y se exponen a manejos poco claros. El riesgo de gastar recursos, cuando no son necesarios y/o que no son estratégicos, muestra una limitada previsión ante los riesgos e incertidumbre del contexto actual.